Que mi cama no entiende de primaveras
ya era un hecho.
Vivir en verano todo el año
con el sol enredado entre la piel
y las mantas.
O sin ellas.
No creo que nadie esté preparado para eso.
No sé si el calor del sol lo sentías tú también
O si sólo era un efecto secundario
de la insolación (des)controlada
al compartir(te) mi espacio
La cuestión es que la primavera no entiende ya
a modo de revancha, de mi cama.
Y el verano se ha hecho con ella del todo
eso sí
las insolaciones
por fin
controladas.
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