16 feb 2010

I

Como cada noche, retomé la vieja construcción de mi semi-olvidado proyecto (a estas horas), a base de piezas de esas, de colores, con relieves diversos, que se enclavan unas con otras buscando encajar a la perfección, o casi... Esas, que guardan cierta relación con las de Lego. Como cuando éramos unos niños, en el recreo, con tantas entre las manos, que no sabíamos ni por dónde empezar. Y hoy, algunos años más tarde, me parece mentira que se me haya pasado colocar una de ellas, justo en el agujero por el que hoy se cuela ese extra de luz. Que por otra parte, no viene nada mal. Optimiza, indudablemente, mi visión de la vida... Aunque en ocasiones me da la sensación de que su peso se intensifica, haciéndome francamente complicado el hecho de soportar su carga...Crisol de mis innumerables dudas. Que emergen de entre mis tantas cuentas aún por hacer, con eso de que soy de letras. Y mis vuelos a medias. Me gustaría no haber contado nunca ventanas, en lugar de ovejas. Ni sueños tan tempranos. Ni palos varios, ya que estamos. Algunos más serios que otros. Y otros, tan poco serios... que ni se me ocurre el calificativo más fiel capaz de expresarlo... pero no por ello menos dolorosos. Y los besos tardíos y sin cuerdas de guitarra, ni aleteos de mariposas..., ni aquellos tantos otros acompañamientos propios del momento, pero el tren tiene un horario, y para fastidio de algunos, suele cumplirlo. Y luego toca echar a correr, ya sea con la esperanza / ilusión de alcanzarlo o, por el contrario, con la fe de correr tan rápido justo en la dirección contraria, que esa misma velocidad consiga borrar el momento, el tren mismo, incluso el aleteo ausente.

1 comentario:

  1. "Y los besos tardíos y sin cuerdas de guitarra, ni aleteos de mariposas", genial, tan personal que, o no lo entiendes, o entiendes una versión propia de los mismos sentimientos :) un abrazo!

    ResponderEliminar

Esto es Absolutamente Genial.

Extracto de la película "El lado oscuro del corazón"

No te salves, Mario Benedetti