No sé cuántas nubes adornan tus cielos. Ni qué cantidad de formas pueden llegar a tener... No sé si tus soles alumbran lo suficiente, o si alguno se te habrá fundido, pero por si acaso, te presto unos míos, de los que están aún sin estrenar...
Confío en que lleves la cuenta de las veces que tiemblo, de frío-ausencia. Y de los fuegos que apagan tus tantas tormentas...
No sé si es el tiempo, los versos, o los días de invierno...
A estas alturas, el verano se va extinguiendo, y nosotros, sentados, enredados en una tela de araña, nos disponemos a ver el espectáculo sin hacer nada, sin mediar palabra, sin nosotros dentro.
Sólo carcasas de lo que fuimos. Un día. Personajes de un cuento...
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